286 p., 14 x 20 cm., rústica / Poesía. / 1° ed. Rosario , Editorial Ciudad Gótica, 2003.

9789879389423

"La nota mayor estriba en su contenido, donde pone en evídencia una visión coherente de la realidad; de princípio a fín hay un cierto dejo expresionista, según me parece, cuya característica más marcada es el tono corrosivo y violento referido a determinadas situaciones injustas de la sociedad, particularmente latínoamericana, mezclado a un subyacente aliento de compromiso político".
Carlos Germán Belli

"Hugo amigo: el libro me gustó en serio, Representa un avance notable con respecto a lo que leí antes, que era bueno. Me impresionó sobre todo Dos cartas de un recluso, que considero notable. Después de Cuba, después de ver la patria desde lejos, entiendo mejor que nunca tu poesía. Ojalá que llegue a mi pueblo y que despierte él también para el canto".
Haroldo Conti

"La poesía de Hugo Diz es hermosa y atroz. Es hermosa porque rescata el pan, el agua, y la vida digna de todos. Es atroz porque muestra el rostro de una sociedad criminal. Las contradicciones que plantea no son juegos dialécticos de entretenimientos para amancebados en la lujuria del sistema. Son tremendas denuncias".
Tilo Wenner

"Me han gustado mucho esos poemas y la línea poética y política —en este caso son lo mismo— en que estás, Que no sean sólo para los críticos y profesores y literatos sino para las masas, para el cambio, El poema a Vallejo me gusta mucho; "Si el señor, Dios no lo quiera, muriese" también; el de Hermelinda estupendo, Que la poesía sirva para algo, ¡qué carajo!".
Ernesto Cardenal